Happy Halloweeen everybody
Esta es la historia de un hombre cuya cabeza era una
calabaza de Halloween y cuyas
extremidades enredaderas. Esté hombre, de nombre George, estaba profundamente
enamorado de una joven hija del dueño
del huerto donde el residía. Tan bella, tan joven, tan inocentes, tan dulces y
lucida, era amor total y puro en toda su percepción.
Él le veía todos los días, le soñaba y le pensaba pero nunca se atrevió a hablarle. De vez en vez le mandaba flores que recogía del huerto, pero para la joven ilusionada él era completamente invisible.
Él le veía todos los días, le soñaba y le pensaba pero nunca se atrevió a hablarle. De vez en vez le mandaba flores que recogía del huerto, pero para la joven ilusionada él era completamente invisible.
Comenzó el otoño que
tiñó al huerto de color naranja y café, algunas plantas se marchitaron
pero no George, él siempre tenía razón por la cual seguir viviendo, seguir
dulce y maduro. Bajo lluvia invierno o
sol, él le amaba con todo el corazón.
Entonces fue cuando el 31 de octubre cayó. Casas decoradas
de horror y huertos baldíos fue lo que dejó.
Fue el día más feliz de George, pues por primera y última
vez dejó de ser invisible para su amada. Por fin le invitó a pasar. Esa casa
que siempre se le había hecho tan imponente y esa mujer que lo hacía sentir tan
débil y a la vez tan fuerte. George no
podía esperas para recitarle cuantos sonetos supiera y tebeos se le ocurriera. Por fin era libre de amarla. George daría lo que
fuera por ella.
Ese día la chimenea de la casa humeaba amor y dulce olor a pumkin pie. Y hasta el fin de sus días George vivió a
lado de su amada Elena, en el marco de
su ventana alumbrándole con la luz que emitía corazón y la vela en su interior.
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